miércoles, 24 de mayo de 2017

El quimbombó


El quimbombó, planta nativa de los trópicos del Viejo Mundo, se ha cultivado como alimento en las regiones tropicales y subtropicales del orbe. Esta planta herbácea presenta flores en las axilas, de coloración purpúrea en la base y fruto en cápsula angulosa jugoso cuando está tierno y fibroso cuado maduro. Los tallos, frutos y pecíolos de las hojas están cubiertos de vellos finos que producen irritación cutánea. El fruto es rico en potasio y calcio y además contiene azúcares, mucílagos, se valora que de la Flora de Las Antillas, es la planta más rica en esta sustancia; en las flores se evidenciaron flavonoides y en las hojas también aunque en menor cantidad. Tradicionalmente por el gran contenido de mucílagos sus frutos se han empleado desde el punto de vista medicinal como refrescante y emoliente, la decocción en uso externo en afecciones oculares y en maceración como cataplasma en forúnculos. Según Juan Tomás Roig (1974) con los frutos tiernos y las flores se prepara un jarabe útil como pectoral.

El quimbombó resulta una comida indispensable durante la iniciación en Ocha tanto para Changó, como para Aggayú, pues se dice que esta planta pertenece a ambos orishas. Se adiciona que las piedras y atributos de Changó se lavan con quimbombó cocinado y que como es una de sus comidas predilectas, con frecuencia se le cocina y ofrenda a este santo y de esta forma la fuerza del oricha es animada y nutrida, además de ganar con ella su benevolencia y ayuda. Igualmente se menciona que para alejar la muerte se riega quimbombo con agua en la casa y que es muy nocivo a los brujos, quienes lo evitan pues cuando se echa quimbombó las brujerías resbalan y se aniquilan.